Los vehículos terrestres son normalmente solares, menos rápidos que los obsoletos vehículos de gasolina, pero más seguros, eficientes y disponibles públicamente para el uso de cualquier ciudadano en la mayoría de ciudades del mundo (conocidos como transportes públicos individuales o colectivos). Es infrecuente la propiedad privada de un vehículo, siendo el alquiler de los mismos la forma más extendida en su uso. Las flotas logísticas de transporte también son solares y recorren infraestructuras automatizadas guiadas por líneas magnéticas que incrementan su eficiencia.

Los aéreos y acuáticos utilizan energía de hidrógeno verde, haciéndolos extremadamente rápidos, aunque más costosos. Los jets de hidrógeno pueden recorrer la mitad del globo en menos de 12 horas, mientras que los transportes marítimos de hidrógeno interconectan Asía con Europa en menos de 1 semana (via ruta del Oceáno Ártico) o entre 10 a 15 días (vía Canal de Suez). Los jets de pasajeros más rápidos, los intercontinentales, suelen causar mareos inevitables a la mayoría del pasaje.

La sostenibilidad es la prioridad fundamental en todos los sistemas de transporte de finales del siglo XXI. Así como su eficiencia, siendo todos pilotados por AI y coordinados por sistemas de AI que aseguran un tráfico organizado.

Extracto de la novela:

Recordé cuando compraba las pastillas más fuertes que existían para suavizar el mareo en viajes en jet de hidrógeno. Recordé que el robot que asistía la tienda me preguntó a dónde volaba para venderme la dosis adecuada. Yndi me había debido estar siguiendo desde que salí de mi hotel y yo no había sido capaz de sospechar ni lo más mínimo. Eso me impresionó y me dejó más nerviosa aún de lo que estaba.